Como ya comenté anteriormente, si no queréis entrar a ver absolutamente todos los museos, Iglesias y demás monumentos, con 2 días tenéis suficiente para disfrutar de esta maravillosa ciudad.
En nuestro segundo día, haremos dos visitas guiadas, ¿por qué? pues porque aunque no hace falta en casi ningún sitio, os recomiendo que al menos, en el Vaticano y en el coliseo, eso sí, que incluya la colina Palatina, os deis el lujo de pagarlo, merece la pena. El tour guiado por el Vaticano no es que sea la gran cosa, la verdad que es bueno pagarlo, básicamente por evitarte las 5 horas de fila que se hacen para entrar, si bien la explicación (un poco larga para mi gusto) de la Capilla Sixtina os la dan a la entrada (está prohibido hablar durante el recorrido), el resto de los museos merece la pena que os lo vayan contando. Así que comencemos nuestro segundo día por aquí. Os recomiendo que compreis las entradas online y unos dias antes, pues suelen agotarse. La visita guiada son 50 euros por persona, pero como digo, merece la pena, son alrededor de 2 horas y media a 3, depende de la gente y el tiempo que se tarde en entrar, que aunuqe es mucho menos que si fueras por tu cuenta, algo de fila siempre se hace. El metro más cercano es Ottaviano o Cipro, está en medio de las dos.
Cuando has logrado entrar, subes al primer piso, donde te sientas entre bancos y el suelo, para que la guía te de una charla con visita virtual de la Capilla Sixtina, en unas pantallas interactivas, donde ella va explicando paso a paso cada imagen del fresco que hay en el techo, así como la historia de cómo se pintó y de los dimes y diretes que tuvieron el Papa Julio II y Miguel Ángel, pues aparentemente éste último, como casi todos los artistas, no aceptaba que le dijeran que pintar y hacia lo que quería, lo que los mantuvo discutiendo los 4 años que duró el trabajo, he de confesar, que aunque no fue de lo que más me impactó del Vaticano, si es impresionante la conservación de los frescos, el colorido y la luminosidad es tal, que pareciera que están pintados hace meses, pero esto es lo último que se ve.
Una vez que se termina la charla y comienzas el recorrido, vas pasando por las diferentes salas, a mi particularmente me gustó la egipcia, pero he de reconocer que me encanta esta cultura.
Según vas caminando viendo frescos y esculturas, destaca sobre manera la técnica 3D que estos pintores manejaban ya en esta época, pues hay bóvedas que aparenta que estén esculpidas, cuando en realidad es pintura. Finalmente llegas a la famosa Capilla Sixtina, pero solo puedes estar 5 min dentro y no puedes hacer fotos, así que, si tu interés en recorrer las 2 horas de museos es sólo por ver esta parte, quedarás decepcionado, porque casi no da tiempo a apreciarla.
Quizá, como dije antes, lo más impresionante es la luminosidad de los colores, pues pareciera que está recién pintado y la complejidad que tuvo Miguel Ángel para contar, la historia de la biblia cuadro a cuadro, incluso tomándose la licencia de hacerle una "maldad" a Biagio (maestro de ceremonias del Papa), en el fragmento del juicio final y el infierno según Dante.
Biagio, según Miguel Ángel iba pintando, le dijo al Papa Julio II que el fresco, con todos sus desnudos, era más apropiado para una taberna o un baño público que para una capilla. Al enterarse, Miguel Ángel, cambió la cara de Minos, el príncipe de los diablos que decide el castigo de cada alma que llega al infierno, por la del maestro de ceremonias y no contento con eso, le puso alrededor una serpiente que le mordía los testículos. Biagio, al ver esto le pidió al Papa que hablara con Miguel Ángel para que lo corrigiera, pero éste, conociendo el carácter del pintor y sabedor de que muy capaz era de dejar todo a medias, le respondió que el solo tenía potestad en el cielo, no en el infierno.
No os voy a contar todas y cada una de imágenes de la Capilla, entre otras cosas porque no me acuerdo, pero si decidís entrar a verlo, hacerlo con un guía, merece la pena.
Una vez sales del Vaticano y a mano derecha está la Basílica de San Pietro, la mayor del mundo, con 193 metros de largo por 44 de ancho y debe su nombre a que se construyó encima de donde está enterrado San Pedro.
Una vez terminado el paseo por el Vaticano y la Basílica y teniendo en cuenta que casi se nos ha ido la mañana, os recomiendo que vayáis andando al Castel San Ángelo, que está a unos 10 minutos. Encargado por el Emperador Hadrian como mausoleo para su familia, seguidamente usado por los Papas como fortaleza y castillo y actualmente usado como museo. En su tiempo fue el edificio más alto de Roma.
Vamos teniendo hambre, pero poco tiempo para lo que nos queda, así que os recomiendo que os paréis en una de las muchísimas pizzerías al corte (te venden la pizza por pedazos o por centímetros y no tiene mesas) y os sentéis en un banco en la calle a disfrutar de un almuerzo rápido y ligero, que aún nos queda lo más impresionante por visitar, el coliseo, pero antes, tenemos que hacer un par de paradas más.
Con el estómago lleno y un poco descansados nos dirigimos a la Piazza del Popolo, o plaza del pueblo, aproximadamente 20 minutos andando, también podéis ir en metro si ya estáis muy cansados, la parada más cercana es Lepanto, pero no merece la pena pues está a 15 minutos, con lo que os ahorraríais 5 minutos. Cuando llegamos nos damos cuenta de la belleza de esta plaza, amplia y con muchísimo ambiente.
Seguimos nuestro camino y ahora sí, vámonos al metro, entramos en la estación Flaminio-Piazza del Popolo, que está ahí mismo y nos dirigimos a Termini, la estación más cercana a la Basílica de Santa Maria Maggiore, pues si queréis entrar a verla tenemos el tiempo justo, os recomiendo estar como muy tarde a las 4:30pm en el Coliseo, para que podáis disfrutar en verdad el tour, así que el entrar o no a ver la Basílica lo dejo a vuestro criterio.
Volvemos al metro, termini y de ahí nos dirigimos a la guinda del pastel, parada Coliseo. Os recomiendo comprar el tour también con tiempo, como dije antes, que os incluya el coliseo y la colina Palatina, son 40 euros, pero merece la pena sin lugar a dudas.
Cuando lleguéis a la estación y salgáis por la puerta, os daréis cuenta de porque he dejado esto para el final, no creo que haya mejor manera de culminar el viaje que con esta sensación de transportarte a otra época. Imponente, impresionante, todo lo que pueda decir es poco para la sensación que da el salir del tren y encontrarte de bruces con esta maravilla. Tenía capacidad para albergar a 50.000 personas, que iban sentadas o de pie, depende de su estatus. Las primeras gradas, las de más abajo y fabricadas en mármol estaban destinadas a la clase alta, después estaban las de piedra, para la clase media y arriba del todo de madera y debían estar de pie, los esclavos.
La historia es fascinante, pues todos hemos oído e incluso visto, en las películas, las peleas de Gladiadores, pero va mucho más allá. Pocos saben que, cuando no había peleas hacían batallas navales, si si, como lo oís. El Coliseo es un edificio circular y en sus inicios, debajo de la arena donde peleaban los gladiadores, estaba hueco. La arena estaba encima de unas tapaderas enormes de madera, que quitaban cuando no había peleas. Hacían llegar por acueductos, agua suficiente para llenar toda superficie y allí mismo construían las naves, que después serían derribadas en las batallas, toda una locura!!! Estos combates navales eran más sangrientos que las luchas de gladiadores y son en estos espectáculos donde se pronunciaba la célebre frase de …los que van a morir te saludan, pues los vencidos no tenían otra salida que la muerte, en contra de las luchas de gladiadores. Los combatientes eran prisioneros esclavos de las contiendas bélicas y por tanto condenados a muerte.
Años después y en vista que resultaba terriblemente caro, construyeron debajo del Coliseo, las cárceles en las que mantenían a los que iban a enfrentarse en la arena.
Una vez recorrido todos los pasillos y rincones del coliseo salimos para encontrarnos con uno de los 2 arcos de triunfo, el de Constantino. El arco mide 21 metros de alto, 25,7 m de ancho y 7,4 m de profundidad. La parte inferior del monumento está construida con bloques de mármol, mientras que la parte superior es de ladrillo con remates de mármol. El arco cruza la Via Triumphalis, la ruta que tomaban los emperadores cuando entraban en la ciudad en triunfo.
Subiendo unas escaleras y llegando a la cima de lo que fue, el principio de la ciudad de Roma, llegamos a la colina Palatina, es la más céntrica de las siete colinas de Roma y es una de las partes más antiguas de la ciudad. Se alza sobre el Foro Romano, quedando entre éste y el Circo Máximo, las vistas desde aquí son impresionantes.
Desde aquí tienes una vista completa del foro, el coliseo, el altar de la Patria, el Circo Massimo, una maravilla.
Aquí fue donde comenzó Roma, las primeras casas fueron construidas en esta colina. Aquí estaba la cueva donde encontraron a Rómulo y a Remo, hogar de Luperca, la loba que los amamantó. Según esta leyenda, el pastor Fáustulo encontró a los niños, y con su esposa Aca Larentia los crio. Cuando ellos crecieron, mataron a su tío abuelo, que había quitado el trono a su abuelo, y ambos decidieron erigir una nueva ciudad propia a las orillas del río Tíber. Tiempo después, tuvieron una fuerte discusión y al final Rómulo mató a Remo. Luego se arrepintió y a su nueva ciudad la llamaría Roma en memoria de su hermano Remo.
Se nos ha acabado el tiempo, ya ha empezado a anochecer y desde aquí los colores que caen sobre esta increíble ciudad, le dan un toque de misterio, puedes imaginarte como era en la antiguedad. Muchas cosas les debemos a los Romanos, eran inventores natos y siempre tenían una solución para todo, sabéis qué seguimos usando hoy en día y que inventaron ellos hace 2000 años ? la calefacción y el suelo radiante, mediante tubos metidos en paredes y suelos, calentaban el agua hasta caldear las habitaciones, increíble, no? como todo en esta ciudad. No dejéis de visitarla.