Hola de nuevo, esta vez vamos a recorrer la Reserva Científica Ébano Verde, ubicada en la provincia Monseñor Nouel y colindante con la provincia de La Vega. Parque natural que protege esta especie, además de los nacimientos de los Ríos Camú, Jimenoa y Jatubey, cuyas cuencas están dentro del área protegida. El Ébano verde es un árbol de madera preciosa, cuyo nombre científico es Magnolia Pallescens. En los 40km cuadrados de extensión de este parque, se han identificado 688 especies de plantas que representan el diez por ciento de la isla (incluyendo orquídeas, helechos y bromelias), de las cuales 499 son plantas que florecen y un total de 153 son autóctonas de la República Dominicana.
Lo primero que hay que hacer (una semana antes más o menos) es reservar el paseo, pues al ser una zona protegida, sólo puedes ir con un guía o guardabosques de ellos, pagas 300 pesos por persona y si sois más de 10 puedes pedir, por 200 extras, que os tengan comida lista cuando lleguéis al balneario, es la mejor opción, bocata para media mañana y al llegar un rico buffet dominicano, puedes coordinar con ellos lo que os guste más.
Para todo esto hay que llamar al señor Ramón Elías al tel. 809 223-4047. El día del paseo o el día antes, reconfirmas con él y quedas a una hora en la entrada de la reserva. El paseo son 6 km todo en bajada, comienzas a 1.500 mt de altura y terminas a 1.100, donde está el balneario, pero no vuelves a subir andando, por lo que ellos te dan la opción de llevar en moto a los conductores de los coches y de ahí, que ellos vayan de regreso a recoger a todo el mundo, mientras, los que esperan pueden seguir dándose un chapuzón en el rio o tomar en sol en la hierba, entre la ida y la vuelta los choferes tardan más o menos 1 hora.
Pero, vamos a retroceder un par de horas al principio del viaje, cuando hacemos unos bocatas de tortilla de patata con pimientos y metemos en la mochila neverita (Dios guarde a Decathlon) unas cervecitas para en camino y como siempre, quedamos con unos amigos en un punto de encuentro en la ciudad, en la autopista Duarte, ya encaminados hacia este nuevo paseo.
Arrancamos la aventura a las 8:00am y tardamos 2 horas en llegar a la entrada de la Reserva científica Ébano Verde, no sin antes haber parado en Miguelina, para tomarnos el consabido café con palmeritas, menos mal que vamos a hacer ejercicio en el día de hoy. Seguimos la carretera unos 80km y encontramos el cruce que va hacia Constanza, lo cogemos a la derecha y subimos por la carretera que lleva al pueblo, muy empinada, en este punto he de decir, que es mejor si vais en todo terreno, no por esta subida, que es en carretera, sino porque la entrada a la reserva sólo se puede hacer en 4x4, a menos que dejes abajo el coche y subas andando 1km, hasta donde están las antenas y donde nosotros dejamos aparcados los coches. Subiendo más o menos media hora a mano derecha vais a ver el letrero de entrada a la Reserva y ahí debe de estar esperando el guía.
Empezamos la caminata en el sendero baño de nubes que nos lleva al bosque nublado, cuando estéis aquí os daréis cuenta de por que se llama así, las nubes se os meten literalmente en la boca :) pues como he dicho más arriba, estamos a 1.500 metros de altura y a unos 26 grados más o menos, aquí nos ponemos una chaquetita o un impermeable, pues hace un poco de brisa y el fresquito se nota
Poco a poco vamos bajando, con cuidado, pero con paso firme. Es un clima muy húmedo y con mucho rio subterráneo, por lo que siempre encuentras mucho barro y tramos muy resbaladizos, es preferible si llevas un calzado especial para montaña, con tenis de agarre vale. Aquí aun sentimos el fresquito, pero poco a poco vamos entrando en calor y tenemos que ir quitándonos capas, así que no llevéis, ni demasiado peso en las mochilas ni demasiado abrigo.
La ruta completa son 6 km, ellos te dicen que se hace en 4 horas, pero si no vas con niños pequeños o con personas mayores, acortas mucho el tiempo, nosotros lo hicimos en 2 horas 15 minutos. Te vas parando a tirar fotos, te va explicando el guía las diferentes plantas, no es una carrera, si no un paseo para disfrutar.
Por ejemplo, esta inocente y pequeña planta es carnívora, se llama pinguicola y se alimenta de insectos.
Muy poco tiempo después y en el punto más alto, nos encontramos con el mirador, donde las panorámicas son espectaculares. Subiendo a una caseta de madera puedes observar toda la reserva y en este punto es donde están las antenas, que más adelante os enseñaré a lejos en otra foto.
Seguimos bajando y la temperatura va subiendo, nos encontramos una "parada" donde nos quitamos parte de la ropa y aprovechamos para hidratarnos un poco y un poco más abajo el rio, que se ha venido oyendo desde hace un rato, aparece con un remanso ideal para refrescarnos un poco y tirar alguna foto.
Hemos estado bajando un buen rato, pero aún no vamos ni por la mitad del camino, así que, seguimos caminando y admirando esta belleza de paisaje, cuando de repente nos cambia y entramos en otro microclima completamente diferente, más seco, menos boscoso y más soleado.
NOTA: LAS PERSONAS ALERGICAS DEBERIAN LLEVAR PANTALON LARGO, PUES EN ESTE TRAYECTO LAS HIERBAS SON ALTAS Y PUEDEN CAUSAR IRRITACIÓN EN LAS PIERNAS.
No por eso es menos bonito, ahora la bajada es mucho más relajada, por lo que podemos acelerar un poco el paso y quemar unas calorías extras, para aprovechar y comerlos el bocata con la cervecita, con el calor que tenemos en estos momentos sienta de maravilla.
¿Os acordáis al principio, donde vimos las fotos panorámicas que os dije que ahí estaba el punto más alto y había unas antenas? pues mirad donde estamos hora y donde se ven las antenas.
Increíble, ¿no? hemos recorrido aproximadamente 4km, nos quedan 2 más y parece que estamos mucho más lejos, realmente sólo hemos bajado 300mt más o menos, pero la sensación es mucho mayor.
Durante todo el camino hemos ido encontrando paradas con mesas y bancos donde se puede descansar, pero no habíamos parado en ninguna, por lo que en esta decidimos hacer un alto y tomar algo más de líquido, retocar el protector solar y descansar 10 minutitos.
Nos queda sobre media hora de camino y las piernas lo van notando, pues se hace mucho trabajo de contención al bajar, por lo que cuando vemos a lo lejos la llegada, nos precipitamos todos al agua como patos. El rio termina en un remanso o balneario, como ellos le llaman, que por un lado es muy profundo y por el otro es como playa, con un tobogán de agua natural que es la diversión de todos, grandes y pequeños.
El agua está fría en un principio, pero una vez dentro es una maravilla. Estamos una hora bañándonos, jugando y quitándonos el calor. Luego nos dirigimos a la posada, donde nos espera un rico almuerzo dominicano y con el hambre que tenemos, pocos ascos le vamos a hacer, aunque he de decir que estaba riquísimo. Las instalaciones están muy bien, un comedor grande y baños muy limpios, el personal muy agradable.
Cansados y alimentados, esperamos a que los que conducen vayan a por los coches y regresen a recogernos.
Son las 3:00pm y ya hemos terminado, normalmente se tarda un poco más, el paseo completo nos ha costado 7 horas. Nos tiramos en la hierba a descansar, pero comienzan a llegar los jejenes, para los que no los conocen, son unos mosquitos enanos que no tienen miedo a los repelentes, nos comienzan a acribillar y por suerte aparece, 1 hora después de irse, la caballería con los vehículos.
Emprendemos el regreso, mañana tendremos agujetas.